Lo primero es impermeabilizar tu entorno para evitar filtraciones que pueden verse por las lluvias, sobre todo en los primeros pisos de las viviendas, los sótanos y garajes. Como ya sabemos será un problema que puede venir de las lluvias de la primavera.

Lo segundo es ventilar nuestro espacio para evitar problemas de condensación, que en esta época del año es menos probable. La primavera trae cambios de temperatura constantes entre el día y la noche, y es por ello por lo que si no llevas una ventilación adecuada en tu hogar podría pasar.

Lo tercero es tener una buena limpieza dentro del hogar en los espacios más húmedos; no tender ropa húmeda o mojada en espacios cerrados; y utilizar en la medida de lo posible deshumificadores o extractores de aire en los espacios con niveles altos de humedad, como son los baños y lavaderos.