SEÑALES QUE NOS ALERTAN DE LOS PROBLEMAS DE HUMEDADES

Por un lado, cada tipo de humedad presenta unas características distintas, dependiendo de su origen y de la situación de inmueble.

Las humedades causadas por capilaridad y filtración, al ser provocadas por el exceso de agua que se encuentra en la tierra, aparecen en los garajes, sótanos, bajos, pisos que se encuentran en la planta calle o incluso primeros pisos, dependiendo de la cantidad y de la fuerza del agua. En estos casos encontraremos manchas de humedad a lo largo de todos los muros y paredes, si la humedad es por filtración, o en las zonas inferiores de la pared, cerca de los rodapiés, en el caso de que el origen sea la capilaridad. Otras señales son la rotura y el descorchamiento de la pintura en las mismas zonas, la sudoración de las paredes y el contagio horizontal al resto de paredes de la estancia e incluso de la vivienda.

Las humedades causadas por condensación surgen como consecuencia del choque de una masa de exceso de humedad con las paredes frías, por lo que este tipo de problemas se dan en los pisos altos, sobre todo con orientación norte, pues son los más fríos y en los que más posibilidad hay de que surja la condensación. En estas ocasiones podemos encontrar manchas de moho y de humedad en las zonas altas de las paredes, próximas al techo, e incluso en las esquinas, pues es donde se llega a concentrar la masa de exceso de humedad. Otra de las señales que nos alertan de las humedades por condensación la podemos encontrar en las ventanas, cuando aparecen gotas de agua en los marcos o en las proximidades.

Por otro lado, existen señales coincidentes, independientemente del tipo de humedad ante el que nos encontremos. Estas son el olor a humedad, tanto en la vivienda como en las prendas de ropa, sábanas y mantas, el deterioro de los muebles y de los bienes que tenemos en la vivienda y por último el deterioro material y estructural, que puede llegar a suponer la pérdida de estabilidad del inmueble a largo plazo.